Este libro narra la inquietante noche que en la víspera de
esta festividad pasa Ebenezer Scrooge, un anciano miserable y tacaño que es una
de las más acabadas representaciones del avaro en la historia de la literatura
y otro de los inolvidables personajes de la amplia galería de Dickens.
La visita del espectro de su antiguo socio, Jacob Marley,
hace desfilar ante Scrooge la visión de los espíritus de las Navidades pasadas,
presentes y futuras intentando conmover su corazón. Algo va a cambiar.
Jacob Marley le cuenta que, por haber sido avaro en vida,
toda su maldad se ha convertido en una larga y pesada cadena que debe arrastrar
por toda la eternidad. Le anuncia a Scrooge que ya ha superado el conjunto de
sus maldades, por lo tanto, cuando muera tendrá que llevar una cadena mucho más
larga y pesada. Entonces le anuncia la visita de tres espíritus de la Navidad,
que le darán la última oportunidad de salvarse. Scrooge no se asusta y se va a
dormir.
Esa noche, Scrooge despierta y encuentra al Fantasma de la
Navidad Pasada, que irradia luz y que parece un niño, le dice que lo acompañe,
primero lo muestra como un niño solitario, que está solo en la escuela todo el
verano leyendo, después, le muestra a su hermana Fanny, que va a buscarlo para
llevarlo a casa y juntos salen de ahí, el fantasma le recuerda que murió al
tener un hijo, su sobrino, Fred. Luego le muestra su aprendizaje, a su maestro
Fezziwig, a Dick Wilkins y a su novia; y una escena triste, en la que su novia
lo deja debido a que se había vuelto rico y ya no le importaba la Navidad.
Después, llega el Fantasma de las Navidades del Presente que
le hace ver al avaro la actual situación de la familia de su empleado Bob
Cratchit, que a pesar de su pobreza y de la enfermedad de su hijo Tim, celebra
la navidad, Scrooge le pregunta al fantasma si Tim sobrevivirá, el Fantasma le
dice que morirá, y dice que no importa, "pues detendrá la
sobrepoblación", avergonzando a Scrooge por su conducta. Luego el Espíritu
le muestra cómo todas las personas celebran la Navidad; incluso el sobrino de
Scrooge, Fred, celebra la Navidad de una manera irónica pero alegre (debido a
que los invitados no quieren la presencia del avaro). Al final, El Fantasma lo
lleva a un reloj donde Scrooge repara en una garra que sale de su túnica, el
Fantasma se la abre y revela a un niño y a una niña que son la Miseria y la
Ignorancia.
Finalmente, el Fantasma de la Navidad Futura, mudo y de
carácter sombrío, le muestra lo más desgarrador: el destino de los avaros. Su
casa saqueada por los pobres, el recuerdo sombrío de sus amigos de la Bolsa de
Valores, la muerte de Tim Cratchit y lo más espantoso: su propia tumba, ante la
cual Scrooge se horroriza finalmente e intenta convencer al espíritu de que
está dispuesto a cambiar si le invierte el destino. Al final, el avaro
despierta de su pesadilla y se convierte en un hombre generoso y amable.
FRAGMENTO:
-¡Felices Pascuas, tío! ¡Dios os guarde! -gritó una voz
alegre.
Era la voz del sobrino de Scrooge, que cayó sobre él con
tal precipitación. Que fue el primer aviso que tuvo de su aproximación.
-¡Bah! --dijo Scrooge-. ¡Patrañas!
Este sobrino de Scrooge se hallaba tan arrebatado a causa
de la carrera a través de la bruma y de la helada, que estaba todo encendido:
tenía la cara como una cereza, sus ojos chispeaban y humeaba su aliento.
-Pero, tío: ¿una patraña la Navidad? -dijo el sobrino de
Scrooge-. Seguramente no habéis querido decir eso.
-Sí -contestó Scrooge-. ¡Felices Pascuas! ¿Qué derecho
tienes tú para estar alegre? ¿Qué razón tienes tú para estar alegre? Eres
bastante pobre.
-¡Vamos! -replicó el sobrino alegremente-. ¿Y qué derecho tienes
tú para estar triste? ¿Qué razón tienes para estar cabizbajo? Eres bastante
rico.